Por José Ortiz Samanamud
Hace poco días opiné sobre el sismo ocurrido en Haití, sin embargo, en poco menos de una semana la naturaleza nos dio nuevamente una lección con las lluvias torrenciales que han destruido los valles del Cusco, ciudad emblemática por ser considerada patrimonio de la humanidad y por tal contar con miles de visitas diarias de turistas nacionales y extranjeros.
Una vez más se notó la falta de organización por parte de nuestras autoridades nacionales y locales para atender a los damnificados que han perdido sus casas por los huaicos y asimismo evacuar a los turistas.
Hace poco días opiné sobre el sismo ocurrido en Haití, sin embargo, en poco menos de una semana la naturaleza nos dio nuevamente una lección con las lluvias torrenciales que han destruido los valles del Cusco, ciudad emblemática por ser considerada patrimonio de la humanidad y por tal contar con miles de visitas diarias de turistas nacionales y extranjeros.
Una vez más se notó la falta de organización por parte de nuestras autoridades nacionales y locales para atender a los damnificados que han perdido sus casas por los huaicos y asimismo evacuar a los turistas.
Ese mismo fenómeno de repentinas lluvias torrenciales de 6 a 12 horas continuas se está repitiendo en el norte del País.
Ante esas trágicas circunstancias planteo estas interrogantes a nuestras autoridades regionales:
¿Se tiene una organización consolidada para afrontar cualquier tipo de desastre natural?
¿Contamos con centros de refugios y acopio seguros ante alguna eventualidad?
Por ejemplo: la pérdida de viviendas, escasez de alimentos, falta de suministro de energía y agua, etc.
¿Se tiene un plan de rehabilitación?
Habría muchas más peguntas que realizar, empero propongo a nuestras autoridades integrar a profesionales de diferentes áreas alrededor de un plan de prevención y mitigación de desastres de la región Lima, convocando para ese propósito también a las organizaciones locales y regionales existentes, y en un tiempo prudencial, formular un plan de contingencia para enfrentar un desastre natural.
Finalmente les digo a las actuales autoridades y candidatos, que la naturaleza no tiene distinciones sociales ni políticas, sólo actúa. Por ello nosotros como ciudadanos y ustedes como autoridades y aspirantes debemos trabajar en conjunto para dar respuesta inmediata a una catástrofe.
Ante esas trágicas circunstancias planteo estas interrogantes a nuestras autoridades regionales:
¿Se tiene una organización consolidada para afrontar cualquier tipo de desastre natural?
¿Contamos con centros de refugios y acopio seguros ante alguna eventualidad?
Por ejemplo: la pérdida de viviendas, escasez de alimentos, falta de suministro de energía y agua, etc.
¿Se tiene un plan de rehabilitación?
Habría muchas más peguntas que realizar, empero propongo a nuestras autoridades integrar a profesionales de diferentes áreas alrededor de un plan de prevención y mitigación de desastres de la región Lima, convocando para ese propósito también a las organizaciones locales y regionales existentes, y en un tiempo prudencial, formular un plan de contingencia para enfrentar un desastre natural.
Finalmente les digo a las actuales autoridades y candidatos, que la naturaleza no tiene distinciones sociales ni políticas, sólo actúa. Por ello nosotros como ciudadanos y ustedes como autoridades y aspirantes debemos trabajar en conjunto para dar respuesta inmediata a una catástrofe.
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